Siempre se ha dicho aquello de “zapatero, a tus zapatos”, aunque en algunos lugares no se cumpla el refrán. Me refiero a las grandes superficies y a su gran afán por venderlo todo. En nuestro sector tampoco hay excepción: desde los grandes almacenes españoles de toda la vida, hasta los que venden muebles de diseño de nombres sin apenas vocales: todos venden plantas, productos y accesorios de jardinería a un precio que casi roza el coste de los mismos. La razón de este estilo de venta es que usan nuestros productos, los que nos identifican como vivero o floristería, como gancho para complementar otras ventas propias de su negocio, o simplemente para que sólo se compre en sus establecimientos y no tengamos la necesidad de desplazarnos a ningún otro lugar.
Cada vez más gente, por desgracia, cae víctima de los bajos precios y compra en este tipo de superficies. Las plantas no suelen tener la calidad de un vivero o floristería, por lo general tienen mala presencia, pocos cuidados y como consecuencia de ello, pasados unos días, la planta pasa a mejor vida. Esto que acabo de describir, sería el cardar la lana.
La primera parte del refrán nos cae a quienes, invirtiendo en mejor género, vendemos en viveros, floristerías o centros de jardinería. Aquellos a quienes se les ha muerto una planta adquirida en una gran superficie, acuden a un vivero a cambiarla por otra, y lo primero que dicen en cuanto al precio, es que «me parece carísimo, total, para lo que me ha durado la otra…». Y esa es la fama: somos caros por vender, a un precio justo, para conseguir un ligero beneficio, algo que ni de lejos tiene la misma calidad (suele haber años luz entre ellas) ni presencia de lo que se adquiere en una gran superficie.
Además, y por lo general, tampoco se aprecia el valor añadido que tiene comprar en un centro especializado. En una gran superficie, coges tu planta, la pagas y te vas, sin siquiera recibir el más básico consejo sobre la planta y los cuidados que requiere. En un vivero o centro de jardinería, recibes asesoramiento sobre la planta que debes adquirir para el sitio que tienes pensado en tu casa o jardín, si tienes alguna duda sobre los cuidados de la planta que compras o sobre cualquier otra que tengas ya en casa, pregunta, que por lo general vas a recibir una pequeña clase teórica y además de forma gratuita, consejos sobre qué producto insecticida usar y cuándo hacerlo, como tratar una enfermedad, de tareas a realizar en el jardín o en tus plantas de interior… Y todo ello, incluido en el precio. E incluso gratis, en el caso de que no te lleves nada.
Si la gente se parase tan solo cinco minutos a pensar en esto, y adquiriese sus plantas o productos para el jardín en un vivero, ya no sólo se llevaría calidad y sabiduría por el mismo importe, si no que además lograría que comprando siempre en estos centros, el precio fuese incluso menor. Mientras tanto, y si nada cambia, la fama y la lana seguirán repartidas de este modo, y la calidad seguirá disminuyendo.